Febrero ya está aquí, vamos a los carnavales

A finales de enero, comienzan los preparativos para lo que es uno de los festivales culturales paganos más importantes y esperados del año, EL CARNAVAL. El carnaval es como mezclar el espíritu, la alegría, la fiesta… En la República Dominicana, los carnavales son organizados y respaldados por los Ministerios de Cultura y Turismo, junto con otras organizaciones importantes, como municipios y ayuntamientos, entre los meses de febrero y principios de marzo.

 

Estas celebraciones se han desarrollado tanto que es difícil evaluar cuál es el mejor o el centro de carnaval más importante en la capital y en varias provincias que participan. Sin embargo, en esta ocasión, destacamos los carnavales más destacados y con mayor desarrollo participativo.

Hemos expresado en artículos anteriores sobre este tema que los intentos y logros de los espectáculos de carnaval significan muchos años de arduo trabajo en esta invaluable especialidad dominicana.
Las provincias de La Vega y Santiago son las que tienen las representaciones más grandes y donde aparecen diferentes tipos de trajes con gran creatividad. Específicamente, se permiten extravagancias muy interesantes en La Vega. Destacamos que fueron “los veganos” quienes industrializaron los carnavales dominicanos.

Este año comienza el Carnaval de La Vega, puedes ver todo lo que sucederá aquí: https://carnavalvegano.do/

PROVINCIAS Y LUGARES DE CARNAVAL:

Santiago de los Caballeros, con sus marranos, tiene dos tipos que dominan el arte de hacer máscaras y trajes de la ciudad: los del barrio Los Pepines, que tienen grandes cuernos lisos, y los del barrio La Joya, que tienen dos múltiples grandes cuernos, con muchos cuernos pequeños, que recuerdan a las espinas del cambrón.

En Dajabón y Montecristi, se distinguen por el uso del fuete (látigo) durante la celebración del carnaval, en lugar de globos hechos de cuero de vaca o vejigas, utilizados en otros lugares. Aquí hacen las máscaras sin cuernos, con una apariencia manifiesta de cerdos, y en la mayoría de los casos con orejas de goma.

El Diablo Cojuelo como personaje central se convierte en Taimacaro. Este personaje reproduce las deidades tainas en sus máscaras, con un hermoso traje, donde se simbolizan elementos de la cultura española y, en cintas multicolores, las esencias africanas en sus brazos, que se complementan con los caracoles atlánticos como identidad de la gente de Puerto Plata.

 

En Bonao, provincia de Monseñor Nouel, aunque hubo una élite española, explotadora de las ricas minas de oro de Cotuí, los sectores populares, descendientes de congos negros africanos, terminaron apoderándose del carnaval, convirtiéndolo en uno de los más ricos y democráticos del país, donde la ciudad es su principal protagonista.

Aunque existían personajes de carnaval, como El Muñeco, Los Tiznaos, comunes a otros lugares del país, habrá una variedad muy particular como El medio día, la litera, el muerto con su plegaria, la culebra y los siete pecados, la muerte en zanco, etc.

Pero de todos ellos, Los Platanuses van a ser la comparsa más impresionante y hermosa, de la cual se destacan los Papeluses. Con sus trajes de hojas secas de plátano y sus máscaras vegetales hechas de hojas de higuera, adornadas indiscriminadamente con termitas y panales de avispas, el carnaval de Cotuí logra una hermosa dimensión artística, cultural y antropológica, única en el país.

En Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, la inserción de dientes de ganado constituye un caso único en la fabricación de máscaras.

En Samaná es común verlos con plumas de guineas insertadas, lo que produce una apariencia muy particular.
En La Romana están decorados con puntos de colores contrastantes, y también es el único lugar en el país que fabrica máscaras de periódico sin pintar. Al igual que en San Pedro de Macorís, aprovechan el recurso de la gente “guloya”, emigrantes de África y las islas que abandonan los bateyes para bailar con un traje muy hermoso y plumas pintadas impresionantes. Este tipo de tribu tiene su origen en los tiempos lejanos de la conquista y fusión con las relaciones latinas-caribeñas, y así como estas personas nos trajeron su religión y hábitos de trabajo, también nos dieron danzas, trajes y variados, emocionantes, llenos de gracia. Y muy coloridos.

En Barahona, aunque se utiliza un tipo de papel marché, también fabrican máscaras de tela que se ajustan alrededor de la cabeza, a diferencia del resto del país.

En la región sur, además de Barahona, tenemos Elías Piña, donde las máscaras se rompen tan pronto como termina la Semana Santa. Y, en Sabana Yegua, Cabral, El Peñón y Villa Jaragua, no las pintan, son los únicos lugares en el país donde las cubren con papel de vejiga de colores, y constituyen una verdadera excepción dentro de nuestro carnaval.

Por último, pero no menos importante, el Carnaval de Punta Cana 2024, puedes encontrar información aquí: https://www.puntacana.com/es/to-do/carnaval-punta-cana

Por Victoria Curiel

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