Un espacio mágico para amantes de la montaña, la paz y la ecología

 

Llegar ya es aventura, en el camino vas adentrándote poco a poco en la naturaleza. El aire se siente distinto, se vuelve más puro y los sonidos se alejan de los que nos rodean en pueblos y ciudades. EcoBatey, un hospedaje en la montaña, tranquilo, comunitario, familiar, nos recibe. Son 35 hectáreas con laderas y pendientes, árboles frutales… un huerto de donde sale mucho de lo que comeré… edificaciones en piedra y madera, todo parece integrado, pensado para vivir en armonía y respeto amistoso con el entorno. Una experiencia que nos recuerda que tanta tecnología no es necesaria (pero tranquilos, tiene Internet), y que todo puede utilizarse (aprovecharse). Basta un apretón de manos entre el ser humano y la naturaleza para lograr un intercambio tipo ganar-ganar.

Ducharse con agua de arroyo se siente un poco diferente a hacerlo con la que llega a la ciudad. Saberse rodeado de verde al salir, tiene encanto. Visito el huerto. Esta tierra es bendecida. La temperatura (fresca) y la altura (casi mil metros sobre el nivel mar, en medio de un bosque subtropical en la Cordillera Central) permiten que se cultive casi todo. Su café, cosechado por uno de los vecinos, sin pesticidas, es delicioso, y -al igual que la comida- pueden disfrutarlo en el gazebo, una agradable enramada que hace de comedor y lugar de reunión.

Su proyecto es una alternativa de ecoturismo sostenible de salud y aventura ubicado en Rancho Arriba, San José de Ocoa, y es la materialización de un concepto profundo y espiritual, que honra lo material a través de los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. En las noches se encienden hogueras alrededor de las cuales los grupos se integran, conversan, cantan, danzan y se sienten en complicidad mágica.

Una de las experiencias hermosas que puede vivir es lo que llaman Shinrin-yoku (concepto japonés que es algo así como “baño de bosque”), en los alrededores de EcoBatey. Una caminata en la cual adentrarse en el paisaje sumergiéndonos en los elementos invisibles del ambiente: aire, aromas, sonidos de hojas, de aves, de la vida silvestre en general…, estamos en una especie de santuario, ideal para meditar, ya decidas sentarte o hacer senderismo disfrutando bellos paisajes naturales, infinidad de verdes, flores, cascadas y arroyos, observando animales silvestres, abrazando árboles… (muchos hablan de una caoba especial). Dejarte abrazar, envolver, por todo lo que te rodea, te transporta hasta fundirte con todo. Quizá no le llame la atención a todo el mundo, pero si te “resuena”, esta experiencia es para ti.

Si no quieres ir a caminar, puedes quedarte en calma y contemplación, disfrutando en lo alto, por encima de los huertos y de la casa, del atardecer, de la paz… es un espacio de magia y sanación.

Es esta etapa de pandemia en la que ha crecido nuestra consciencia sobre la importancia de la salud, conocer el beneficio del baño de bosque me parece esencial, así que les cuento un poco. No más de un párrafo.

Estudios científicos muestran que pasear un par de horas por el bosque baja la presión sanguínea y los niveles de glucosa en la sangre, disminuye la concentración de cortisol, hormona del estrés, en la saliva y armoniza la actividad del sistema nervioso autónomo. Además, inhalar fitoncidas (sustancias producidas por los árboles), mejora el sistema inmunológico. La ciencia, ante los resultados analíticos después de un baño de bosque, ya ha reconocido la llamada medicina forestal, que tiene efectos beneficiosos no solo para el estado de ánimo, sino también para la salud corporal. ¡Podemos inhalar más salud!

Cerrado el tema, les cuento más del lugar. Además de que en la zona nacen tres arroyos, y varios manantiales, hay una laguna en la que nadan tilapias, una vivienda familiar y área para quienes prefieren acampar al lado del arroyo. Hay tres habitaciones con hermosos nombres: Sol, Luna y Atabey (el nombre de una divinidad taína, la diosa madre), en el lugar donde antes estuvo un almacén de café… espacios para el descanso con detalles indúes, celtas y taínos. Y hablando de taínos, cerca de allí hay cuevas que pueden visitar en el recorrido por el bosque.

Así que inhala, exhala… relájate, suelta tensiones, camina, toca, escucha, disfruta su sana alimentación. Recupérate… La naturaleza, la Madre Tierra, es una sabia curandera… Y es tiempo de volver a ella.

PD.: Para una experiencia más profunda y permanente, puede preguntar por sus talleres de alimentación sana y ecoconstrucción. También tienen una escuela vivencial agroecológica y sus productos orgánicos y agua de manantial llegan a Santo Domingo los sábados para quienes hacen sus pedidos. Hay un sistema por el cual, quien esté interesado puede formar parte de este proyecto. Si es tu caso, allí, o en su página de internet, puedes obtener información. Este mágico lugar es el único en el país 100 % ecológico y autosostenible. Utiliza energía hidroeléctrica y paneles solares.

 

Otros aspectos relevantes: el pago es el efectivo o por transferencia. Se recomienda llevar sombrero, protector solar y repelente. ¡Disfruten este baño de paz, salud y aventura en la montaña!

EcoBatey, adventure and health tourism in the mountains

Miriam Veliz

 

 

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