El Falafel: la magia de la tradición árabe en la Zona Colonial

Por Ernesto Paredano

FALAFEL_low La calle del Conde vio nacer en el año noventa y nueve un pequeño negocio a la vera de una escalera. Ese negocio se cocinó a fuego lento hasta el día de hoy gracias a la paciencia, el trabajo y el saber hacer de Isaac, su dueño. Era el día de Navidad.

Dos años después de abrir ese pequeño local se mudó a la esquina de la Sánchez con Padre Billini, y ahí sigue, pero ahora con un precioso patio español, un segundo piso y el mismo empeño en hacer las cosas bien que el primer día.

FALAFEL-4_lowNos referimos al Falafel, en la Zona Colonial, ha vuelto de alguna manera a sus orígenes casi veinte años después con la reciente inauguración de un pequeño local al más puro estilo fast food, pero no se engañen, que hablamos de Falafel, nada de comida chatarra.

Algo fascinante de lo extranjero es cuando empieza a dejar de serlo. Me refiero a las apropiaciones culturales de cualquier tipo. El falafel en dominicana convive en perfecta armonía con el mofongo o el locrio. El humus también, y es que, el garbanzo una legumbre simpática, que hay que cocer a fuego lento, que se consume mucho en República Dominicana, y en otras islas de la región, porque el Caribe es una esponja.

Nada de esto hubiera pasado sin la hospitalidad y la capacidad de absorción dominicana, que hace suyo lo que le gusta y lo suma a su acervo cultural, en este caso el gastronómico. Si no vean lo que le pasó al kipe, que hoy en día se pueden encontrar casi en cualquier esquina.

Y hablando de un lugar para comer se supone que se deben de llevar recomendaciones. Bien, pidan lo que quieran, que va a estar bueno. Lo típico, son el falafel y el humus, pero este es un lugar en el que se pueden arriesgar y probar sin margen de equivocación. Lleguen con espacio para los postres, que son un espectáculo.

FALAFEL-6_lowEl faláfel, falafel, en árabe o faláfil en hebrero es una croqueta de garbanzos o haba y se originó en algún lugar del subcontinente indio. Originalmente, solo se comía en India, Pakistán y Oriente Medio, pero hoy es un plato que diferentes continentes y países del mundo disfrutan. A quién en París, Madrid o New York, un falafel no le ha resuelto su almuerzo en un rinconcito de estas cosmopolitas ciudades, y lo más importante de calidad, nutritivo y a un precio asequible a cualquier persona.

Aterrizando en Santo Domingo y su espectacular Zona Colonial, es importante remarcar que en este lugar, además de comer bien, se está muy bien… La música es perfecta para el entorno, muy evocadora, y a un volumen perfecto para conversar o cenar. El equipo humano del Falafel es realmente cuidadoso y atento, pero nunca hacen un trabajo forzado ni incómodo

Por último un detalle, la luz. Cuando uno entra en un local con patio bien iluminado se siente la magia del cine. En el Falafel hay mucho cariño puesto en la luz, en las atenciones y en el duende del personal, entrenados para que fluyan los detalles que hacen o marcan la diferencia de un lugar a otro.

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Touring - Dominican Republic

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