
El nombre «Rucia» le fue puesto por Cristóbal Colón por el color pardo o rucio de los animales.
La cordillera Septentrional de la República Dominicana detiene la mayoría de las nubes y se cuentan menos de treinta días de lluvia al año a Punta Rucia que tiene un clima excepcional todo el año.
Bien fijada al refugio entre la punta salvaje y desértica de Punta Burén al Norte y el Mangrovés al Oeste, la bahía auténtica de Punta Rucia supo guardar toda su autenticidad.
La bahía se derrama de arrecifes coralinos y altos fondos lo que limita la navegación y le permite conservar toda su paz y ofrece puestas de sol por cortarle la respiración.
Aquí a Punta Rucia el tiempo de verdad se detuvo sobre este muy pequeño pueblo de pescadores que vive al ralentí con gente encantadora y acogedora. El progreso limitado voluntariamente por los habitantes del pueblo permitió conservar toda su autenticidad y su simplicidad. Algunos comercios, la pesca, la ganadería y el turismo gracias a Cayo Arena principalmente son los algunos recursos de rentas de los habitantes que, cuando la noche viene se encuentran en algunos bares del pueblo para probar una cerveza o un “Cuba libre” jugando al billar al sonido del merengue y la bachata. Punta Rucia debe de verdad descubrirse rápidamente.