Larimar, misterio del mar y la tierra en una piedra muy especial

Por Miriam Veliz

Una escalera de caracol conduce de la tienda ubicada a un paso de la calle El Conde, al museo dedicado a una piedra muy particular: la pectolita azul que se encuentra únicamente en algunas partes de la Sierra de Bahoruco, República Dominicana. ¡Wao!

Estamos en la calle Isabel la Católica número 54 en la Zona Colonial de Santo Domingo, en una antigua casa del siglo XVII que ha sido remodelada, pero sin perder sus líneas arquitectónicas, sus arcos, su aire de otras épocas.

Las escaleras son de madera con pasamanos de hierro y tienen un “tope” en acrílico transparente relleno de piedras de larimar sin pulir; en las paredes, mientras subimos, rocas de distintos tamaños de este mismo material agarradas por piezas de hierro nos acompañan hasta la pared de la entrada, donde hallamos un mensaje en español, inglés, francés, italiano y alemán con la hermosa historia de un tesoro desconocido y único en el mundo, enterrado en las altas y aisladas montañas de la región sureste de República Dominicana donde la vegetación exuberante crea uno de los paisajes más hermosos de la isla “una explosión de árboles gigantescos y frutales entre sinfonías de orquídeas y bromelias”.

Tesoro, único, escaso… piedra azul que, pulida, se convierte en joya… El museo nos cuenta cómo se forma el larimar, desde el surgimiento de la isla hace unos cien millones de años y su terreno volcánico, hasta dónde se localiza esta piedra y entra de lleno en aspectos científicos, contenido mineral, razón del color, peso atómico, etcétera, detalles geológicos, educativos… así como en creencias, poesía y simbología espiritual.

Así nos enteramos de ideas como las siguientes: “El larimar guarda dentro de sí la esencia del agua y del aire: el agua, relacionada con las emociones del corazón, y el aire, presidiendo las sensaciones de la mente. En perfecta simbiosis entre el pensamiento y el sentimiento, el larimar establece una conexión de paz que une la mente y el corazón con el color azul de la tranquilidad”. ¿Se imaginan? Y ahí está mi alocada mente imaginando a nuestros taínos, los nobles, sanos, inteligentes y “eco-friendly” indígenas que compartían la isla con otros interesantes grupos, mi mente haciéndose ideas de cómo eso los representa a ellos y al sueño que debe perseguir la humanidad.·

Definitivamente, la filosofía detrás de las ideas permanece, y reaparece cíclicamente. En una época en la que hablamos de los pensamientos positivos y su importancia, de la presencia de los ángeles, del poder de las piedras, un mensaje en este museo señala: “Pensamientos negativos producen sentimientos turbulentos y de la misma manera emociones sin balance pueden oscurecer la percepción de la mente. El larimar es como un hilo angelical que teje las impresiones de armonía pacífica entre el corazón y la mente, ayudando a neutralizar y disolver viejos modelos de conflicto interior”. Digan si no se parece a las filosofías que rondan nuestro mundo actual. Pero volvamos al museo, a sus paredes azules, a los arcos con ladrillos que espero disfruten como yo, al color, que aquí se explica viene del cobre, y disfrutemos de las joyas en oro y plata que hay aquí como ejemplo, así como de las figuras de Buda en larimar y de un sapo, de los techos de ladrillo con vigas de madera y salgamos cruzando el pequeño pasadizo puesto para que los niños sientan que están dentro de la mina de donde extraen este material.

Una vez fuera, solo tiene que bajar las escaleras de caracol y está de vuelta en la tienda, donde, si les interesan, puede adquirir bellezas en joyas elaboradas en larimar, en ámbar o en concha, engastadas en oro o plata, según su gusto.

Llévese una pieza que le recuerde esa paz, esa armonía entre el aire y el agua, o que le recuerde su viaje al país, si está de visita. Creo que Jorge Caridad y su esposa Arelis, creadores del museo, se sentirán satisfechos si guardan en su interior la historia y el conocimiento de lo que esta tierra ofrece y de la importancia de valorar este planeta y todo lo que nos ofrece; hay mucho que cuidar y descubrir. Mucho que aprender y valorar, ¿no creen?

PIEZA APARTE POR SI HACE FALTA
Un poco de historia
Enriquillo, un cacique taíno, se rebeló contra el maltrato y la injusticia de los colonizadores españoles en esta sierra, donde derrotaron todas las expediciones de españoles que enviaban en su contra hasta que logró que se firmara un tratado que daba a los taínos derecho a la libertad y la propiedad,  pudiéndose quedar en paz en esas tierras. Bueno, por eso el lago de esa zona lleva su nombre. Pero antes de él, la presencia indígena está marcada por los petroglifos que puede observar en el lugar.

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